El Policía Infiltrado Agredido el 25 S pierde parte de la visión de un ojo.

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«¡Somos compañeros, coño!». Las imágenes y los gritos de policías infiltrados en la manifestación del 25S ante el Congreso cuando parecen estar a punto de ser golpeados por los agentes antidisturbios han copado las redes sociales en internet. Todo el mundo interpretó que era una detención errónea de unos agentes de paisano a otro policía de incógnito al que confundieron con un alborotador y que los gritos de «¡somos compañeros!» iban dirigidos a los antidisturbios para evitar los porrazos.
Pero no fue así. Esos segundos de grabación, que efectivamente han puesto de manifiesto sin lugar a dudas la infiltración de funcionarios en las manifestaciones, son solo el final de una historia más dura y que puede terminar con una grave invalidez: con la pérdida parcial de visión en un ojo y la posible baja del Cuerpo Nacional de Policía. El funcionario herido en cuestión es un jefe de grupo de la Brigada Provincial de Información de Madrid y considerado uno de los mayores expertos en colectivos radicales y violentos en la capital de España. Él, junto a varios de sus agentes, estaban infiltrados entre los manifestantes. Se trata -según mandos del operativo- de una práctica habitual para localizar a los cabecillas de las revueltas y, llegado el momento, practicar detenciones selectivas o «quirúrgicas», como gusta a decir a la Policía.
Y en eso andaba el agente. Durante la segunda carga de los antidisturbios, el funcionario, que llevaba varias horas detrás de un grupo de supuestos alborotadores que conocía de Madrid, decidió proceder a la detención de uno de los cabecillas de la revuelta. Sin embargo, señalan los informes policiales, no se percató que a su alrededor había otros individuos violentos procedentes de fuera de la capital, probablemente de Cataluña, con los que no estaba familiarizado.
«¡Es un madero!»
En ese momento, y ya con el detenido inmovilizado, varios radicales que le identificaron al grito de «`es un madero!» le rodearon y durante varios segundos le propinaron puñetazos y patadas. Según los informes médicos, el agente sufrió un traumatismo cráneoencefálico, traumatismo costal, una fisura intercostal y un fuerte impacto, posiblemente una patada, en el ojo derecho, que, por ahora, le ha supuesto una pérdida de visión del 30%. Queda por saber si, debido a la invalidez, podrá seguir en el cuerpo.
Solo la intervención de otros dos agentes de paisano terminó con la paliza. El vídeo, explicaron mandos de la intervención, recoge el momento en el que esos dos policías sacan al herido de la multitud, que todavía mantiene inmovilizado al detenido, y lo arrastran como pueden hacia la barrera policial para tratar de ponerlo a salvo.
El funcionario herido, aún conmocionado y desorientado, se aferra a su detenido, mientras trata de cubrirse para evitar nuevos golpes pensando que sus compañeros son más manifestantes que quieren atacarle. Los dos ‘rescatadores’, y es lo que no subtitulan los vídeos de internet, se dirigen al policía herido, no a los antidisturbios, para tranquilizarle al grito de «¡somos compañeros!», «¡compañero 21!», «¡Eh, 21!», llamándole por su indicativo. Solo al final, cuando varios antidisturbios se acercan a interesarse por la extraña escena o para ayudar en lo que piensan que puede ser una doble detención, los ‘rescatadores’ sí se dirigen a ellos. «¡Este es compañero!», para distinguirlo del detenido. El herido, según los atestados, no recibió un solo golpe de los policías que custodiaban el Congreso.