La policía local de Albuñol (Granada) patrulla sus calles en autobús o a pie. El alcalde, Juan María Rivas (PP), teniente coronel, les quitó los vehículos. Primero, porque le faltan fondos; pero también por su enfrentamiento con ellos: “Quiere que nos cuadremos y le demos novedades”, dicen los agentes municipales. El regidor niega motivos personales, pero también rechaza que le puedan saludar con un simple ‘hola’: “Soy su jefe jerárquico”, alega.
Hace unos meses que ocupa el cargo y se le acumulan los problemas. Juan María Rivas, el nuevo alcalde popular de Albuñol (Granada, 6.500 habitantes) no solo tiene que lidiar con una deuda heredada, según él, de 14 millones de euros de la etapa socialista, sino con sus propios funcionarios: los alrededor de setenta empleados municipales no cobran desde hace dos meses. “Me quedan 6.000 euros en caja –dice–. No puedo pagarles”.
Los recortes afectan a jardineros, electricistas, secretarias…, pero, sobre todo, a los seis policías locales, a quienes ha retirado los vehículos –un Nissan y dos motos Yamaha todoterreno– y obligado a que patrullen el pueblo y sus pedanías en autobús o a pie.“Esto es enemistad personal, porque a otros coches del ayuntamiento sí se les paga la gasolina –dice Miguel Santiago, el oficial jefe–. Todo empezó porque un compañero una vez le saludó con un ‘hola’, y él quiere que nos cuadremos y le demos los ‘buenos días’ y las novedades. Yo soy caballero legionario, pero llevo 23 años de policía aquí y jamás he tenido estos problemas: ¿en qué siglo estamos?”.
Juan María Rivas, también militar –concretamente teniente coronel de Intervención, ahora en la reserva–, niega ese enfrentamiento personal: “La Policía Municipal no es un cuerpo militar, pero está jerarquizado. Y su jefe, según la ley, soy yo. Es una falta de respeto saludarme con un ‘hola’ o que ni siquiera se presentaran a mí cuando salí de alcalde. Precisamente por ser legionario, algo que el oficial no se cansa de repetir, tendría que mostrar más respeto. Esto es desconocer sus obligaciones”.
