Talavera de la Reina

David Álvarez y José María Oropesa fueron protagonistas el pasado mes de septiembre. Ellos y la pequeña Naiara. Estos dos policías de la unidad de atestados de Talavera, cuando estaban a punto de terminar su turno a las 7 de la mañana, se vieron sorprendidos por unos padres que llegaron con gran nerviosismo a la Jefatura de la Policía Local.

Comenta José María Oropesa que los dos progenitores «entraron dando voces, a medio vestir y con la niña inerte». Hoy se sabe que sufrió una parada cardiorrespiratoria.

En ese momento todo sucedió muy rápido», comenta, y ambos cogieron el vehículo rumbo a Urgencias del Hospital de Talavera. «Un trayecto corto, pero que se nos hizo muy largo», confiesa. Camino en el que, no obstante, lograron reanimar al bebé de tan solo 40 días.

«No somos héroes; es nuestro trabajo»

«Al final el llanto de la niña sucedió entrando al hospital», en cuya puerta se encontraba una doctora. Aunque el trabajo de reanimación, dice David Álvarez, comenzó ya en jefatura. Durante el trayecto fue él mismo -mientras José María Oropesa conducía-, el que realizo las maniobras a la niña.

«No se lo deseo a nadie», asevera Oropesa, al tiempo que afirma que tuvieron suerte por no encontrarse tráfico en el trayecto. Y, aunque Álvarez dice que un suceso así «impone», «es parte de nuestro trabajo, el intentar formarnos y cómo saber actuar».

No se sienten héroes y piensan que, aunque solo les ha sucedido una vez en su trayectoria, algo así forma parte de su trabajo. Ellos, que también son padres, sintieron mucha empatía con los progenitores de Naiara.

«Tengo un bebé de dos añitos y en ese momento me centré en mi trabajo, pero cuando llegué a casa lo primero que hice es ver a mi hija, darle un beso y echarme a llorar. Fríamente, lo piensas y dices: ‘podría haber sido nuestra hija'», ha asegurado David Álvarez.

Después de salvarle la vida, pidieron permiso para ir a verla. Ahora, Naiara está bien y estos dos policías son reconocidos a nivel social y laboral.