https://www.facebook.com/watch/?v=831145131075625
https://www.eldigitalcastillalamancha.es/actualidad/69576426/Desalojados-13-vecinos-en-un-barrio-de-Toledo-por-el-incendio-de-una-vivienda.html
Destacar desde SPL C-LM la intervención de los compañeros de Policía Local Toledo , que junto con un integrante de Policía Nacional, no dudaron un momento en poner en peligro su integridad física e incluso su vida, para salvar a un vecino atrapado en el incendio de su domicilio. Los policías no dudaron ni un momento en derribar la puerta porque sabían que había una persona dentro de la vivienda incendiada.
Nuestro reconocimiento y enhorabuena por el compromiso y dedicación, que en este caso supuso una resolución positiva de la actuación y se pudo rescatar «in extremis» con vida a Rafael, en un minuto que se hizo eterno. El médico de urgencias ha reconocido que gracias a la rápida intervención de la policía y después del resto de fuerzas de seguridad, bomberos y sanitarios, “pudimos conseguir que saliese con vida”
Aunque como sabéis el SPL CLM no está muy de acuerdo con las condecoraciones, este caso es un claro ejemplo de «evidencia de sobresaliente valor personal con riesgo grave e inminente para la propia vida» que sin duda merece el reconocimiento del Mérito Policial y Profesional.
Solicitud Reconocimiento 124 y 146 Actuación Incendio-1
El relato de la intervención es desgarrador a la vez que emocionante…
ENHORABUENA COMPAÑER@S – SERVIR Y PROTEGER…
Declaraciones del Oficial Julio Mota en la Cope:
https://www.cope.es/emisoras/castilla-la-mancha/toledo-provincia/toledo/noticias/video-rapida-actuacion-policia-salva-vida-hombre-toledo-20210208_1129590
Fuente ABC Toledo:
Rafael, de 67 años, ha vuelto a la vida gracias a los policías que han reconstruido para ABC cómo lograron rescatarlo de un incendio en su piso de Toledo. Apenas fueron cinco minutos, pero pareció un mundo. «Si tardan ustedes un minuto más, este señor se muere». Se lo dijo el médico del equipo sanitario que logró estabilizar a Rafael en la calle después de media hora. Ahora se encuentra grave en el hospital, seguramente sin saber el riesgo que los agentes corrieron el pasado domingo para sacarlo de su domicilio, en la calle Río Cañamares del barrio de Santa María de Benquerencia.
Una y media de la madrugada. El servicio de emergencias 112 avisa: «Una persona está atrapada y da golpes dentro de un piso». Los policías locales Kike y Víctor, a la carrera, son los primeros en llegar a la vivienda, pequeña y en la planta baja del edificio, donde Rafael vive solo.
Subidón de adrenalina. No se lo piensan dos veces. A patadas, logran derribar la puerta, pero una impresionante y bocanada tóxica de humo negro les da la bienvenida. En el interior, la oscuridad es rota por la luz artificial que llega desde el descansillo. «Coge aire… ¡Una, dos y tres!». Mientras un vecino los alumbra con una de sus linternas, Kike y Víctor entran a pecho descubierto en la boca del lobo a por Rafael, inconsciente y tirado en el suelo del salón. Está a unos cinco metros de la entrada, pero a ellos les parece 50. Llegan a cogerlo de una especie de plumas o chaqueta; lo arrastran un «poquito» pero se rompe la capucha, o algo similar, y se quedan con el trozo de la prenda en las manos.
«¡Tirad!»
El policía nacional recuerda los consejos de los cursos de formación. «La imagen es dantesca. El humo siempre va para arriba y me pongo a gatas, como en las trincheras; llego a él y lo engancho». Detrás, el equipo. Kike, que graba todo el rescate con la cámara que lleva al pecho, da indicaciones para que los demás arrastren a Pedro y el cuerpo inerte de Rafael cuando se pueda: «¡Tirad!».
Pero la nube venenosa y la falta de luz no son los únicos obstáculos. Hay otros inesperados: Rafael tiene muchos objetos por el suelo. ¿Un posible caso de síndrome de Diógenes? Una tabla de planchar provoca la caída en cadena de los rescatadores hacia atrás. Están ya sin fuerzas, faltos de oxígeno y con bocanadas de humo dentro de los pulmones. Pedro, el ariete, tropieza una segunda vez, aunque logra que sus compañeros lo saquen del infierno a rastras, tomen aire y vuelvan a por Rafael para ponerlo a salvo también.
Antes de que se marchen a seguir patrullando, el médico del equipo sanitario les dice que han salvado la vida de Rafael «in extremis». Por un minuto.